Trabajo como homilista
Estos son quizás su mejor trabajo como homilista, ya que encuentra en la edificante poesía espiritual de los Hebreos mensajes que puede aplicar consistentemente a su visión del austero, esperanzador y realista cristianismo: su congregación ordinaria en Hipona habrá obtenido sustento de ellos. En un nivel intelectual más alto están sus "Tratados sobre el Evangelio de Juan", que constituyen un comentario completo sobre el más filosófico de los textos del evangelio. Otros sermones se extienden sobre gran parte de la escritura, pero vale la pena señalar que Agustín no tenía mucho que decir sobre los profetas del Antiguo Testamento, y lo mucho que tenía que decir sobre Pablo apareció en sus obras escritas mucho más que en sus sermones públicos.
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Los primeros escritos
Los modernos enamorados de Agustín por la narrativa de las Confesiones han dado mucho énfasis a sus cortos y atractivos primeros trabajos, varios de ellos expresan imitaciones del estilo y la manera de los diálogos Ciceronianos con un nuevo y platónico contenido cristiano. Estas obras (Contra los Académicos, Sobre la Providencia, Sobre la Vida Bendita y Soliloquios) se parecen y no se parecen a los escritos eclesiásticos posteriores de Agustín y son muy debatidas por su significado histórico y biográfico, pero los debates no deben oscurecer el hecho de que son piezas encantadoras e inteligentes. Si fueran todo lo que tenemos de Agustín, sería una figura menor muy respetada en la literatura latina tardía.
Escritos controvertidos
Más de 100 obras tituladas sobreviven de la pluma de Agustín en total, la mayoría de ellas dedicadas a la búsqueda de temas en una u otra de las controversias eclesiásticas que preocupaban a sus años episcopales. De sus obras contra los maniquíes, las Confesiones siguen siendo probablemente las más atractivas e interesantes: la propia secta es demasiado poco conocida hoy en día para que tenga mucho peso la refutación detallada de sus doctrinas gnósticas más idiosincrásicas.
La polémica antidonista de Agustín
La polémica antidonista de Agustín, por otra parte, ha tenido una resonancia moderna por su papel en la creación de la relación entre la iglesia y el estado (en el caso de Agustín, la iglesia y el estado se utilizan mutuamente de forma deliberada para lograr sus fines) y en la argumentación del caso de una iglesia universal contra el particularismo local. John Henry Newman se vio sacudido en su lealtad a la Iglesia de Inglaterra por algo de lo que Agustín escribió en contra de lo que Newman veía en el donatismo como la "Iglesia de África". Para la teología, "Sobre el Bautismo" de Agustín expone sus puntos de vista antidonantes de manera más efectiva, pero las Actas taquigráficas del Concilio de Cartago de 411 (aún no disponibles en inglés) ofrecen una visión vívida de la política y el mal sentimiento del cisma.
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